Al principio no sabía cómo sucedería, enfrentaba lo desconocido. Para el primer acto parecía más fácil empezar por pintar la espalda. Primero, al estar detrás de la persona, nuestros ojos no podían molestarnos. El único resultado que pudieron ver fue la huella en el papel de filigrana. Para este primer trabajo, quería cuestionar a la persona sobre sí misma, como un ser humano, siguiendo una evolución específica del Hombre: la palabra, la imagen, el signo. El hombre se para: su espalda es el símbolo de su verticalidad, símbolo de la humanización. La espalda fue el soporte ideal para esta reflexión. Diez personas participaron en este juego tres veces. Podrían intervenir en la elección de los colores. Una obra de dos hombres, sin testigos; Un tema impuesto, una sola interpretación. Esta Ley se dividió en tres fases y se concretó en treinta actuaciones.
Las peticiones: Fase 1 - Símbolo: una palabra (primitiva, instintiva) Fase 2 - Imagen: Una foto oración personalizada (representación) Fase 3 - Signo: un signo y un enigma (lenguaje, comunicación, intercambio)
Las impresiones se realizaron por transferencia en papel con marca de agua (54x35 cm) después de tomar las fotos. Las fotos fueron trabajadas en computadora para carteles: la pintura está cortada del resto del cuerpo. Solo debe quedar la parte del cuerpo pintada para enfocar la mirada del espectador en el mensaje devuelto por la propuesta de la persona / apoyo y mi propia interpretación.
La exposición: Las transferencias se suspenden gracias a dos palos de madera, en la parte superior e inferior del papel. Para jugar con la transparencia del material, se exponen en un espacio libre (suspendido del techo) y marcan la exposición de los carteles en las paredes. Los carteles (40 x 60 cm) se agrupan por fase (símbolo, imagen, signo) con las propuestas correspondientes en tiras de papel de gran tamaño debajo y encima de cada una. Se publicaron postales representando cada una de las 30 presentaciones (15x10 cm).